Slow Fashion: Por un armario más sostenible
Para entender el término slow fashion, primero debemos entender la antítesis. A moda rapida está formado por marcas de ropa que producen en masa ropa barata. Sin embargo, el precio lo paga el medio ambiente y los medios de vida de los trabajadores de la industria. Las nuevas colecciones casi semanalmente tienen como objetivo minimizar el tiempo entre el desarrollo de la cadena de suministro y fomentar el consumismo.
Por otro lado, la moda sostenible engloba prendas que se crean y consumen pensando en el medio ambiente y los trabajadores del sector. Surge así la matriz de sostenibilidad, donde son cruciales:
- La reducción de las emisiones de CO2;
- Reducir la contaminación y los residuos;
- Apoyo a la biodiversidad;
- Garantizar que la fuerza laboral reciba un ingreso justo.
Por tanto, tenemos que cambiar los hábitos de compra y consumo de estos productos. Entonces, ¿qué debemos tener en cuenta para garantizar un armario sostenible?
Compre menos, compre mejor
En primer lugar, dado que el sector de la moda es responsable del 10% de las emisiones mundiales de CO2, es fundamental cambiar los hábitos. Como consumidores, debemos reducir el consumismo eligiendo comprar menos piezas, más durable y com menor impacto ambiental.
Evite el lavado verde
El número de marcas que se autodenominan “sostenibles” ha aumentado exponencialmente en los últimos años. Sin embargo, pueden ocultar información relevante para mantener sus productos “verdes”. Desde materiales ocultos en la cadena de producción hasta la irrelevancia del beneficio presentado, algunas empresas aprovechan la lavado verde estar en convergencia con el movimiento.
Cuidado con los productos químicos peligrosos
Se estima que en la producción de prendas de vestir se utilizan más de 8000 productos químicos sintéticos, incluidos carcinógenos. Desde el cromo hasta el formaldehído o el PFC, estas sustancias plantean riesgos para la salud humana que van desde irritación de la piel hasta infertilidad y cáncer.
Por ello, puedes optar por piezas fabricadas en lino, algodón orgánico u otros biomateriales utilizados en economía circular y/o coloreadas con tintes naturales.
También adopte hábitos de lavado como lavar antes de usar. Coloca filtros en la máquina para que retengan productos químicos y otras sustancias peligrosas que puedan contaminar el agua.
Cuida tu ropa
El lavado ecológicamente responsable comienza con la elección de los detergentes. Elige opciones naturales o elabora tus propios productos de limpieza.
El segundo paso es lavar menos y en ciclos de agua fría. Muchas prendas no necesitan lavarse completamente después de su uso. A veces basta con ventilarlos o limpiar las zonas manchadas. Además, el uso de agua caliente descompone más rápidamente el color y las fibras de los tejidos menos duraderos.
Por último, la secadora es uno de los electrodomésticos que más energía consume en el hogar. Así que, para mantener tu ropa fresca, déjala secar al sol.
Asegurar una segunda vida
¿Qué hacer con la ropa usada? Primero, debemos hacernos la pregunta: ¿Alguien todavía puede usarlo? Si es así, hay varias opciones:
- Transformar/Reparar – upcycling, las piezas que no utilizamos pueden tener una nueva vida como una categoría de producto más.
- Vender – en plataformas o a amigos/familiares.
- Done, no indiscriminadamente. Debemos investigar instituciones que acepten y/o necesiten esos productos.
- Intercambio: desde mercados de intercambio de ropa hasta eventos programados en las redes sociales.
Si la respuesta es no, reutilízalas para limpiarlas o colócalas en un contenedor de ropa usada. Además, podrás entregarlos en tiendas que reutilicen ropa y residuos textiles.
En resumen, los hábitos de de manera lenta Comience con cada uno de nosotros, los consumidores. No se trata sólo de comprar menos ropa. Como hemos visto, hay todo un mundo de partes involucradas en este sector. Por eso, a la hora de adquirir una prenda de vestir, comprende de dónde viene, cuáles son los materiales y cómo debes cuidarla.